La urgencia del Joventut no podía coger desprevenidos a los mejores jugadores del Barça. Presentes en el Olímpic el pasado martes en el tercer partido de cuartos frente al Lenovo, los blaugrana fueron siendo conscientes de la necesidad de no cometer fallos en la serie semifinal. La lección la aplicaron sin piedad en el primer partido de esta ronda, que dominaron con solvencia (89-72) basándonos en su mayor acierto (46 por ciento en triples) y capacidad reboteadora. Sertac Sanli, con 16 puntos, lideró la ofensiva de un Barça que contó con buenas aportaciones de Davies (13), Mirotic (11) y Smits (9), o sea el total de su juego interior. Los badaloneses, que contaron con Ribas (11) y Willis (11) como sus mejores hombres, apenas sostuvieron opciones en un primer cuarto igualado y se vinieron abajo frente a las ráfagas de acierto del contrincante.

El Joventut salió concentrado y el primer cuarto resultó del estilo de su último partido frente al Lenovo Tenerife, con firmeza protectora, mas sin acierto. El Barça entendió las contrariedades y actuó con paciencia para tomar el mando (12-6) basándonos en un primer triple de Sanli y a canastas de Higgins. Pau Ribas, saliendo del banquillo, transformó el primer triple de su equipo, que manejó las dos faltas iniciales de Andrés Feliz y llegó al final del primer cuarto con un 12-11 meritorio.

La defensa del Joventut ya no llegó tanto a las ayudas en el segundo cuarto y el Barça lo aprovechó para afinar la puntería con los triples. Abrines fue el predecesor de la ráfaga y le secundaron Jokubaitis y Sanli. El Barça castigó bastante bien los cambios protectores de la Penya y en esa batalla cumplió de buena forma Rolands Smits para poner una máxima renta de hasta 12 puntos (39-27) a poco de llegar al reposo. Al final, 40-31 para los azulgrana.

Las primeras acciones del tercer cuarto (un hurto de Feliz y un triple de Vid) ponían el 40-34 y auguraban un periodo más igualado. Mas el Barça no bajó el nivel de su eficiente ataque. Dos triples seguidos de Mirotic sostuvieron alto el porcentaje de acierto de los locales hasta el 50-37 y Hayes asistió con buena capacidad para el rebote. Cuando la Penya ajustó su defensa para eludir más tiros exteriores fue Brandon Davies el que castigó desde la zona con una ráfaga que elevó los beneficios hasta el 62-44. El cuarto se cerró con una máxima de 69-58 y el Palau vibrando con las canastas de sus primordiales referentes.

La diferencia en puntos era tanta como la de rebotes (36-17) dando idea del nivel de intensidad del Barça, que había anotado 28 y 29 puntos en estos cuartos. Al último se llegó, puesto que, con una diferencia enorme para no aguardar otra cosa que el triunfo del Barça.

La Penya trató de sostener el orgullo con mejor defensa y las diferencias se estabilizaron. Guillem Vives tuvo cierto control del ritmo mas el Barça halló triples de Laprovittola y Sergi Martínez para eludir cualquier acercamiento mientras que Rolands Smits no hacía presos cerca de canasta. La supresión de Vives marcó el epílogo final para los verdinegros, que terminaron recortando a menos de veinte puntos la diferencia final, pensando ya más en el segundo partido de este domingo y en enseñar cierta capacidad de restauración para competir.

No va a ser simple. El desgaste de la serie de cuartos, donde la defensa del Joventut estuvo a un muy alto nivel, le pasa factura al equipo. Ese nivel de intensidad va a ser preciso si el equipo de Carles Duran no desea regresar al Olímpic con un 2-0 en contra. Recobrar a Brandon Paul para la rotación no se plasmó en resultados frente a un contrincante más duro y atinado.

El Barça, por su lado, dio pasos en su mejora, de forma especial afianzando cierta aportación consistente de Cory Higgins en el perímetro y mandando con la eficiencia de sus interiores con extenso rango de anotación.