Que el Girona jamás se da por vencido es una cosa que se conoce. Lo afirmó Míchel tras el duelo de ida, que eran "3 veces inmortales", como la urbe misma. Y los rojiblancos llegaron a Ipurua para probar que aún tenían vida. Un golazo de Borja García y la aparición en la prórroga del de siempre y en toda circunstancia, Christian Stuani, sirvió para dar la vuelta a la serie frente al Eibar y meterse en la final del playoff de ascenso. Ahora espera el Tenerife.

Los rojiblancos tenían labor dura: remontar el solitario gol de Aketxe que adelantó al cuadro vasco con su triunfo en Montilivi, un golpe que les dejó bastante tocados, mas jamás por vencidos. Por eso el espíritu de combate llegó a suelo vasco para procurar conquistar.

El conjunto de Míchel se adelantó en el primer minuto del partido con un golazo de Borja García y en el primer minuto de la prórroga con otro del uruguayo Cristhian Stuani que el VAR dio por válido tras una revisión de un posible fuera de sitio del uruguayo que no existió.

El Eibar lo procuró de todas y cada una formas y la tuvo con un tiro al travesaño de Stocihkov, mas no pudo eludir la supresión tras una temporada en la que estuvo a puntito de conseguir el ascenso directo, mas el gol que encajó en la prolongación en Alcorcón le forzó a jugar la promoción y no ha podido pasar de la primera eliminatoria.