Tenían que ser ellas. Debían ser Aitana Bonmatí y Alexia Putellas quien acabaran con la ‘bestia negra’ del FC Barcelona en las finales de Champions, el Olympique de Lyon, para llevar a las azulgrana a ganar la terceraen su historia y la segunda consecutiva. Dos tantos con la íra y el recuerdo de Budapest 2019 y Turín 2022 de dos jugadoras que lloraron aquellas finales para desatar el delirio en un San Mamés que parecía estar en Barcelona.

‘La catedral’ fue completamente blaugrana. Los colores del Barça anegaron las gradas de un estadio que no fue nada objetivo y con evidente mayoría culé. En torno a 40.000 gargantas hicieron que las azulgrana se sintiesen tal y como si jugaran en el hogar.

Las de Jonatan Giráldez venía avisadas: “precaución con los primeros 30 minutos”, recordando los que les sacaron de las dos finales anteriores con el Olympique.

En el 13’, las azulgrana se habían salvado de los dos primeros: Cata Coll sacó los puños, Renard la empalmó de volea e Irene Paredes debió sacarla en la línea de gol. El larguero salvó la primera clara de las francesas.

Antes de que acabaran esos 30’ de observación apareció la mujer de las finales, Patri Guijarro, que se plantó frente a frente con Endler para buscar el primero. El rechace de la portera le rebotó a Giles y fue entonces Bacha quien debió aparecer debajo del larguero para evitar el gol. Era una ocasión de oro.

Que no la última. Las blaugrana tomaron confianza en los últimos minutos de la sección primera con una Graham-Hansen que mareó a las defensoras lionesas para probar un disparo que se fue rozando el palo y con un trallazo de Patri Guijarro en la frontal que salvó Giles con el pecho. El 0-0 sabía a poco.

Con esa inercia siguieron las azulgrana en la segunda parte, después de librarse de la jugada de fantasía del Lyon en la que un taconazo de ‘muay-thai’ de Horan casi acaba con el gol de Renard. Y entonces apareció la mejor jugadora del mundo.

Aitana Bonmatí, muy implicada en el juego y poco ofensiva, hizo su con una internada en el área y una pseudovaselina a Endler para desatar el desvarío en las gradas de un San Mamés al que se apreciaba muy necesitado de un gol blaugrana.

El recital de la de Sant Pere fue compartido con el de Graham Hansen que dominó la banda derecha y ha podido realizar el segundo tras una cesión impecable de Paralluelo.

Pero como en todas y cada una de las historias épicas, hubo tiempo, poco, para el retorno de la reina. Alexia Putellas, quien parecía que iba a jugar unos minutos residuales se acordó de las lágrimas de aquellas finales perdidas y sorprendió en el área para hacer bueno un pase de Claudia Pina y reventar la red del Lyon. El delirio fue absoluto.