Roland Garros

La polaca Iga Swiatek tuvo más de un encontronazo gesticular y verbal con su box técnico. Se llevó el dedo a los labios pidiendo silencio. Habituada a arrollar, la número uno mundial no encajaba bien que una china principiante de 19 años, Qinwen Zheng, volviese una y otra vez en el juego y el marcador para complicarle el acceso a cuartos.