Tenis

Rafael Nadal no está para sorpresas. Si decidió venir a jugar a Wimbledon era pues se sentía fuerte y dispuesto para un nuevo reto y, por el momento, ya está en los cuartos por octava vez en el campeonato. En una semana ya ha dejado en el camino a 4 contrincantes, probablemente enclenques y de un ranking inferior, mas a los que tampoco les ha dado ocasiones. El último fue este lunes el holandés Botic Van de Zandschulp, del que se deshizo por 6-4, 6-2 y 7-6 (6), en un final que se le complicó más de la cuenta.

Novak Djokovic se encaraba a un principiante del campeonato y que se estrenaba en la pista central de Wimbledon. Cumplió con el pronóstico y accedió a cuartos, mas con trabajo que realizar, pues se le amontonaron los factores que manejar. El vencedor, que busca su séptimo título, el cuarto sucesivo, venció 6-2, 4-6, 6-1 y 6-2 en 2h.37'. Mirando al reloj pues el juego se para a las once de la noche hora local por imperativo de los vecinos. Una regla de oro para la organización. Le sobraron solo veinte minutos merced a que aceleró en la tercera y cuarta manga.

Al sexto intento va la vencida para Jannik Sinner. El italiano, de 20 años, escora con la derecha y redondea una tarde que amaga con adoptar un giro épico, descartado por último pues a cada empellón de Carlos Alcaraz (19) reacciona el cuartofinalista con una defensa excelente. No hay manera: 6-1, 6-4 y 6-7(8) y 6-3, tras 3h 25m. Así se cierra este episodio de la rivalidad que apunta a marcar la nueva temporada. El Español no renuncia, si bien enfrente hay un muro que habla alto y claro: el mañana asimismo le pertenece. Ha sido superior Sinner.

Nadal despeja dudas a cañonazos, por el hecho de que no había para tanto, que había generado contra Berankis y Cerundolo en su comienzo en el All England Club se difuminaron en tercera ronda. Su pertinacia y perseverancia superan generaciones. Asimismo reguetoneros como Lorenzo Sonego (27 años), su contrincante de el día de ayer. Habituado a divertirse sobre la pista, el italiano, que tiene como segunda profesión la música, padeció en sus carnes lo que es danzar con Rafa Nadal cuando tiene una tarde inspirada. Jamás ya antes se habían enfrentado, mas el Español no le dio opción para expresar ni el mínimo ápice de alegría. En 3 sets le despachó con una autoridad desmedida y mandó un mensaje afín al de Novak Djokovic justo un día ya antes. La final deseada por muchos está poco a poco más cerca.

Sonego pasa por ser uno de los exponentes del pujante tenis trasalpino al lado de Berrettini, su mejor amigo en el circuito. A lo largo de la pandemia y poco tras llegar a ser número 21 del planeta, hoy es el 54, decidió apostar por la música y grabó una canción con ritmo de reguetón con un artista de su país conocido como AlterEdo. ‘Un solo secondo’ tituló su ópera prima, muy popular en su país, el italiano, que desde ese momento ha bajado 22 situaciones en el ranking de la ATP.

El mallorquín se toma la vida de forma diferente. Para él, el tenis no merece demasiadas distracciones. Si quizás algún campeonato de golf para liberar tensiones y algo de futbol. A esta altura de su carrera sabe Nadal que la historia del tenis le contempla en todos y cada partido, en todos y cada campeonato. Y si se trata de Wimbledon, sale a la pista siempre y en todo momento con la ilusión de un muchacho y con la determinación del mejor de todos y cada uno de los tiempos.

El italiano jamás fue capaz de entrar en el partido. Todo lo hizo el tirotear. Al saque y al resto fue un ciclón y en 27 minutos y 7 juegos cerró el primer set (6-1). En la segunda manga procuró el italiano esbozar una media sonrisa, mas el mallorquín se la borró inmediatamente. Solo le concedió dos juegos esta vez (6-2). Esta vez precisó algo más, 38 minutos. En poco más de una hora de partido Sonego ya se sabía derrotado.

En el último asaltó la receta fue diferente. El italiano procuró no desesperarse y a pesar de ceder el saque nuevamente en el primer juego, bogó todo cuanto pudo antes que la luz obLigase a cerrar el increíble techo retráctil de la pista central con 4-2 en el marcador. Diez minutos después Sonego era otro. El italiano consiguió igualar el partido. Y en su regocijo chilló antes que el punto estuviera ganado. Se lo reprochó Nadal ya antes de solucionar el duelo por la vía veloz.

"Mi mejor partido en el torneo. Sabía que el nivel del contrincante me lo iba a demandar. Contentísimo. Deseó lo mejor a Lorenzo", afirmó tras el partido Nadal. "Me siento agraciado de proseguir jugando a mi edad. Hace diez años ni lo pensaba. Debo dar merced a la vida",concluyó.

Sólido al saque, solo cedió bolas de break en un juego en todo el partido; seguro con la derecha, su mejor arma hasta el momento en el torneo; intenso y efectivo al resto, le rompió el servicio hasta en 6 ocasiones. Y mejor, ni la más mínima sombra de dolor en su pie. Nadal elevó su nivel al límite y la pista central comprendió de qué se trataba. Llega un instante en estos campeonatos en el que los grandes tenistas dan un paso adelante para motivarse y para atemorizar a sus contrincantes. Nadal dio ese salto el día de ayer, inmediatamente antes de los octavos, donde se va a medir al holandés Van de Zandschulp.